La pobreza extrema, la
vida en la calle y la falta de educación, llevan a muchos niños del tercer mundo
a ser víctimas de la trata
de menores y a situaciones de esclavitud y explotación sexual. Según
diferentes estudios, aunque también los niños son afectados, son más del doble
las niñas
que viven estas situaciones. La falta de controles y legislación hacen que
estas situaciones se incrementen.
Niñas procedentes
de Asia y Europa del este, son enviadas a otros países como “novias
a la carta”, estando, en la mayoría de los casos, solas y desamparadas.
También, muchos de estos niños que son víctimas de la trata de menores, son
explotados para trabajo domésticos pero sobretodo, sexualmente, siendo el 90%
de éstos niñas.
Pero hay algo, en pleno
siglo XXI, totalmente INCOMPRESIBLE: más de 100 millones de niñas y mujeres han sido y siguen siendo víctimas de
mutilaciones genitales
(extirpación total o parcial de los
genitales externos de las niñas). En
África, esta práctica
sigue siendo una epidemia,
tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud en uno de sus últimos
informes. Tan solo en Sierra
Leona, el porcentaje se eleva al 94%, realizándose entre los 4 y los 10 años.
La práctica la realizan
comadronas o parteras profesionales, es una profesión muy bien remunerada económicamente.
Se cree, de manera
tradicional, que tras al realizarse esta práctica, en un futuro, las niñas, tendrán mayores oportunidades de contraer matrimonio, que aumentará su fertilidad y
tendrán mayor pureza.
Teniendo en cuenta cuál
es la situación de estos países subdesarrollados donde se suelen realizar estas
prácticas, podemos imaginarnos en qué condiciones se desarrollan las mutilaciones.Además,
todas las mujeres sufren fortísimos
dolores ya que no reciben previa anestesia, enormes pérdidas de sangre e
incluso
ponen en riesgo su
vida. Eso sin hablar de los efectos secundarios que
la situación puede acarrear. Suponiendo todo ello, una violación de los
derechos de las niñas y una discriminación que vulnera la igualdad de
oportunidades, entre otras muchas cosas.
Científicos de la universidad de Yale, de Estados Unidos,
realizaron un estudio sobre la práctica de la mutilación genital femenina,
indagando en cuestiones sobre si se había sufrido el proceso, si se tenían hijas que lo
habían sufrido y si se consideraba que era algo que tenía que continuar. Se concluyó que en Sierra Leona, Gambia, Burkina Faso y Mauritania,
la prevalencia de la práctica, a fecha del año 2005, era de una 94%, 79%, 74% y 72%, respectivamente. Sin embargo
en Ghana o República de Níger, tan solo un 6% habían sufrido el proceso.
También, se reveló que
la poca educación, el
estar o haber estado casada y el hecho de ser musulmana, favorecían el
haber sufrido mutilaciones genitales. A pesar de los esfuerzos que se vienen
desarrollando en estos países por erradicar la situación, es importante incidir
en la conciencia de las
personas, en la prestación de apoyos por parte de profesionales y,
fundamentalmente, en el cumplimiento
de la ley que, por supuesto, prohíbe este tipo de prácticas.
A pesar de todo, muchas ONG´s luchan día a día por la abolición de estas situaciones y por la mejora.Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, os invito a ver en el siguiente video un pequeño ejemplo de cómo cambiar no es imposible y de cómo en algunos lugares, ya se están consiguiendo avances.
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